Les presentamos el video del Magis Arequipa acompañado del testimonio de Cristina Cancho, voluntaria de Magis Sagrada Familia:
"TODA UNA EXPERIENCIA"
Magis llegó a mi vida en un momento especial, donde necesitaba hallar respuestas a inquietudes que rondaban mi corazón como cuestionamientos de fe y preguntas que alimentaban vacíos, realmente quería acercarme a Dios, ya que me había alejado de la oración, pero también necesitaba desprenderme de mí misma para entregar lo mejor a ese otro que me espera con lo mucho o poco que tenga para brindarle. Sentir esa necesidad me impulso a ser voluntaria y a que Magis se vuelva parte de mi historia.
Desde un principio me gusto la dinámica y el compartir, convirtiéndose en un espacio de dialogo y reflexión entre las vivencias y el sentir. Y comencé a descubrir que no todo en mi vida tenia que ser activismo, sino que tenía que encontrarle sentido a ese obrar, descubriendo el por qué y el para qué de esta labor, porque no solo se trata de ayudar por ayudar sino también de evaluar como esta experiencia repercute en la vida, yo creo que no solo es la ayuda que llevamos a otros sino como esta es retribuida con el sentimiento que se queda en el corazón, ese que colma y engrandece el alma.
Sí, por eso soy voluntaria, porque quiero reconocer en ese otro igual a mí a Cristo, entregando a ese niño o anciano lo mejor, así sea la pequeñez de un acto, pero es mi gratitud a Cristo por todo lo recibido. Y puedo decir: “Si de mil al menos toque el corazón de uno valió la pena el voluntariado” porque pude involucrarme con la historia de esa persona, dar mas de lo que quería dar, para saber de sus problemas, para reír con él o simplemente ser parte de su vivencia. Eso es para mí una muestra de que estoy creciendo que al menos ya no pienso solo en mí y en lo que me pasa, sino que al fin puedo preocuparme de la misma manera por el otro. Sin esperar que los demás reconozcan a alguien bueno, porque ya no importa que alguien te lo diga, la mejor recompensa es la paz que se siente y el aprendizaje vivido.
Pero no solo es con la persona a quien ayudas, sino también con el grupo del cual eres parte. Descubrí que no se puede crecer solo, sino que hay que hacerlo unidos, es preocuparte también por tu compañero, motivarlo a que continúe, compartir su sentir y concertar sus ideas, es divertirse juntos, es corregirse, es responsabilidad y compromiso, es alegría, es paciencia, es expresar lo que sientes, es madurar, es crecer en espiritualidad, es COMUNIDAD, es amistad de la buena de la que no se olvida y en la cual esta historia quedará grabada siempre.
Y yo con un año más de vida, más cerca a la oración y con un corazón lleno de nombres y experiencias de todo lo aprendido con ustedes, seguiremos caminado y contando mil historias más...
Magis llegó a mi vida en un momento especial, donde necesitaba hallar respuestas a inquietudes que rondaban mi corazón como cuestionamientos de fe y preguntas que alimentaban vacíos, realmente quería acercarme a Dios, ya que me había alejado de la oración, pero también necesitaba desprenderme de mí misma para entregar lo mejor a ese otro que me espera con lo mucho o poco que tenga para brindarle. Sentir esa necesidad me impulso a ser voluntaria y a que Magis se vuelva parte de mi historia.
Desde un principio me gusto la dinámica y el compartir, convirtiéndose en un espacio de dialogo y reflexión entre las vivencias y el sentir. Y comencé a descubrir que no todo en mi vida tenia que ser activismo, sino que tenía que encontrarle sentido a ese obrar, descubriendo el por qué y el para qué de esta labor, porque no solo se trata de ayudar por ayudar sino también de evaluar como esta experiencia repercute en la vida, yo creo que no solo es la ayuda que llevamos a otros sino como esta es retribuida con el sentimiento que se queda en el corazón, ese que colma y engrandece el alma.
Sí, por eso soy voluntaria, porque quiero reconocer en ese otro igual a mí a Cristo, entregando a ese niño o anciano lo mejor, así sea la pequeñez de un acto, pero es mi gratitud a Cristo por todo lo recibido. Y puedo decir: “Si de mil al menos toque el corazón de uno valió la pena el voluntariado” porque pude involucrarme con la historia de esa persona, dar mas de lo que quería dar, para saber de sus problemas, para reír con él o simplemente ser parte de su vivencia. Eso es para mí una muestra de que estoy creciendo que al menos ya no pienso solo en mí y en lo que me pasa, sino que al fin puedo preocuparme de la misma manera por el otro. Sin esperar que los demás reconozcan a alguien bueno, porque ya no importa que alguien te lo diga, la mejor recompensa es la paz que se siente y el aprendizaje vivido.
Pero no solo es con la persona a quien ayudas, sino también con el grupo del cual eres parte. Descubrí que no se puede crecer solo, sino que hay que hacerlo unidos, es preocuparte también por tu compañero, motivarlo a que continúe, compartir su sentir y concertar sus ideas, es divertirse juntos, es corregirse, es responsabilidad y compromiso, es alegría, es paciencia, es expresar lo que sientes, es madurar, es crecer en espiritualidad, es COMUNIDAD, es amistad de la buena de la que no se olvida y en la cual esta historia quedará grabada siempre.
Y yo con un año más de vida, más cerca a la oración y con un corazón lleno de nombres y experiencias de todo lo aprendido con ustedes, seguiremos caminado y contando mil historias más...
GRACIAS MAGIS
Cristina Cancho Covinos
Magis “Sagrada Familia” - Arequipa
Magis “Sagrada Familia” - Arequipa
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